Hace unos meses, una frase capturó mi atención: "Work is love made manifest."
Algunos la atribuyen a la escritora Elizabeth Gilbert, conocida por su inspirador libro Come, Reza, Ama") y otros al poeta Kahlil Gibran, aunque lo que importa es la idea detrás de estas palabras, que ha resonado tanto conmigo en mi transición laboral.
El trabajo, cuando se realiza con amor y pasión, se manifiesta de manera evidente en los resultados. Y no me refiero tanto a los resultados monetizados, sino a los resultados que impactan en forma de relaciones armónicas, de energía creativa y de vitalidad profesional.
En nuestra vida profesional, a menudo nos enfrentamos a desafíos y rutinas que pueden parecer aburridos e insípidos. Sin embargo, al contemplar la conexión entre el trabajo y la felicidad, se abre una perspectiva fascinante.
¿Podría el secreto de la satisfacción laboral residir en infundir cada tarea con un toque de cuidado y propósito? ¿Es Posible Ser Feliz en el Trabajo?
Cuando abrazamos nuestro trabajo con autenticidad, nos convertimos en artífices de nuestro destino profesional. Cada esfuerzo, cada proyecto, se convierte en una manifestación tangible de nuestra dedicación y pasión.
La felicidad en el trabajo, entonces, no es solo un ideal lejano, sino una posibilidad real.
¿Cómo podríamos incorporar más amor y autenticidad en nuestro día laboral? ¿Podría el acto de trabajar convertirse en una expresión consciente de nuestro amor por lo que hacemos?
A medida que he ido explorando esta idea, he dejado atrás un mantra que me repetía a mi misma hace tiempo: el trabajo es seguridad material, poder adquisitivo y estatus.
Ahora entro en una etapa en que la búsqueda de la felicidad (en el trabajo y en general) no es solo una aspiración, sino un viaje en sí mismo.
¿Qué estás haciendo con tu vida? ¿Te unes a la reflexión?