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Yoga en la oficina, una práctica que entusiasma

  • 5 nov
  • 5 Min. de lectura

Yoga en la oficina, una práctica que entusiasma


En lo que va de año ya he escuchado tres veces la misma frase: “Me voy de la empresa y lo que más echaré de menos serán las clases de yoga contigo”.


Me parece muy tierno y muy humano establecer estas conexiones con personas a las que ves solo una hora a la semana, que se dejan guiar, ajustar y acompañar con tanta confianza.


Es verdad que muchas veces el yoga les “duele”: hay posturas que desafían, movimientos que incomodan, tensiones que salen a la superficie. Pero aun así siguen viniendo religiosamente, sabiendo que pase lo que pase, de la clase de yoga en la oficina siempre salen mejor de lo que llegaron.


Esa constancia es una de las cosas que hace que el yoga para empleados sea tan especial: pequeñas sesiones que logran un impacto real en su bienestar físico y mental, y un efecto que se nota incluso fuera de la sala.


CÓMO ES EL YOGA EN LA OFICINA


Imagina una pausa de una hora para comer. En lugar de comer rápido mientras hablas de un proyecto o una fecha límite, decides unirte a tus compañeros para practicar yoga en la oficina.


Estás en tu lugar habitual y la instructora llega para dar una clase de yoga para empresas. Sin desplazamientos, sin cuotas adicionales, sin complicaciones.


La sesión comienza con una breve meditación para centrar la atención y soltar la tensión acumulada. Luego pasas a estiramientos que alivian la rigidez del cuello y los hombros mediante movimientos controlados y respiración consciente. Extiendes y flexionas la columna, ruedas los hombros, abres espacio en las articulaciones y liberas tensión lumbar.


A continuación, realizamos ejercicios específicos de yoga corporativo pensados para contrarrestar las horas de sedentarismo: movimientos que activan la musculatura profunda, estiramientos de hombros y espalda alta, y ejercicios de respiración que ayudan a relajar la mente. También incluimos técnicas para mejorar la postura, prevenir dolores comunes y ejercicios de relajación ocular para cuidar los ojos de tanta pantalla.


Al finalizar la sesión, la sensación es inmediata: tranquilidad, energía y claridad mental. Esa es la esencia de las clases de yoga en empresa: apartarse de la rutina para moverse, respirar y reconectar consigo mismos de forma sencilla y efectiva.


Como dice Ana Patricia Botín, presidenta de Banco Santander: “Me declaro adicta al yoga y al té”. Incluso los líderes más ocupados encuentran en el yoga un espacio para cuidarse y recuperar claridad mental.


El yoga corporativo no es un concepto nuevo, pero en los últimos años ha cobrado la atención que merece. Cada vez son más los empleados que piden a sus empresas beneficios de bienestar reales. Quieren sentir que su salud importa y que no se trata solo de cumplir objetivos.


Tras casi quince años en el mundo corporativo, sé por experiencia el impacto de integrar yoga en la oficina como parte de la cultura de empresa. Mis alumnos de yoga corporativo esperan la clase como un momento para calmar la mente, liberar tensiones y practicar presencia.


Cuántas veces han elegido quedarse a clase en lugar de ir a un “afterwork” con compañeros, porque saben que mover el cuerpo les hace sentir más centrados y con más energía para el día siguiente.


Hace años me preguntaba por qué la meditación y el movimiento no se ofrecían durante la jornada laboral. Hoy, cada vez más empresas incorporan yoga para empleados en sus beneficios de bienestar.


80 % de los empleados consideran que los beneficios relacionados con la salud mental y el bienestar son importantes.


92 % afirman que es muy o algo importante que su empresa valore su bienestar emocional y psicológico.


El yoga corporativo beneficia tanto a empleados como a empleadores: ayuda a desconectar, abrir la mente y recuperar concentración.


En entornos de alta presión, el sistema nervioso se desequilibra fácilmente, generando síntomas físicos, psicológicos y cognitivos. He visto los efectos en personas que sufren insomnio, ansiedad o bloqueos mentales.


Dedicar tiempo a moverse y respirar durante la jornada ayuda a despejar la mente y mejora la concentración, además de elevar el ánimo y la motivación.


Algunos empleados me confiesan que las clases de yoga en la oficina son el único momento en el que pueden dedicar tiempo a su bienestar físico durante la jornada. Otros comentan que les permite afrontar reuniones difíciles con más calma y tomar decisiones con mayor claridad.


Incluso en empresas donde predominan jornadas largas y trabajo intenso, he visto cómo el simple hecho de reservar una hora para yoga cambia la dinámica del equipo: hay más escucha, más respeto y un ambiente más tranquilo y enfocado.


Con frecuencia, mis clases incluyen ejercicios prácticos que los empleados pueden repetir en sus puestos de trabajo: estiramientos cortos, respiraciones profundas y micro-meditaciones que ayudan a mantener la postura correcta, reducir el estrés y mejorar la concentración. Aprender a integrar estos hábitos dentro del día a día es una parte esencial del yoga para empresas.


LA SESIÓN DE YOGA PARA EMPLEADOS


Una clase típica dura 60 minutos y combina respiración, movilidad articular, visualización y meditación sonora. Se adapta a todos los niveles, con variaciones para principiantes y avanzados.


También ofrezco talleres y retiros temáticos. Por ejemplo, un equipo de innovación de una empresa tecnológica me contrató para guiar una meditación antes de presentar un proyecto importante. Las sesiones híbridas funcionan muy bien en reuniones generales o conferencias.


Además de las clases habituales, muchos programas de yoga para empresas incluyen sesiones específicas para problemas frecuentes en la oficina: dolor lumbar, rigidez de cuello y hombros, fatiga ocular, ansiedad o falta de concentración.


Incluir estas sesiones de manera regular ayuda a prevenir lesiones, mejorar la postura y fomentar hábitos saludables a largo plazo.


EL LUGAR DEL YOGA PARA EMPRESAS


He impartido clases en oficinas, en nuestro estudio y en espacios externos para eventos corporativos. iNSIDE colabora con hoteles y centros de retiro dentro y fuera de España, donde llevamos años organizando retiros de yoga. Para equipos remotos o híbridos, también ofrecemos clases online vía Zoom. Lo importante no es dónde ocurre la clase, sino que ocurra.


LA PRÁCTICA DE YOGA CORPORATIVO


Si la sesión celebra un logro o marca el inicio de un nuevo ciclo, incorporo un flujo dinámico con momentos de visualización para orientar la energía hacia los objetivos. Si el ambiente es de agotamiento o estrés, propongo prácticas centradas en la respiración para calmar el sistema nervioso y reconectar con la energía interna.


Cada sesión de yoga corporativo también fomenta la interacción y colaboración entre compañeros. Practicar juntos, compartir espacio y moverse de manera consciente genera vínculos que a veces no se logran en la rutina habitual. Esto aporta un valor añadido al equipo: más colaboración, comunicación y confianza.


El yoga en la oficina es mucho más que un beneficio: es una inversión en salud, productividad y bienestar emocional. Las empresas que apuestan por yoga para empleados no solo cuidan de sus equipos, sino que construyen entornos de trabajo más sostenibles y humanos.


Y no se trata solo de prevenir problemas de salud: también ayuda a potenciar la creatividad, la concentración y la motivación, elementos que repercuten directamente en la productividad y en la satisfacción laboral.


SI QUIERES SABER MÁS SOBRE LOS PROGRAMAS DE YOGA CORPORATIVO DE iNSIDE, CONTACTA CON NOSOTROS. SEGURO QUE TU EQUIPO ESTÁ NECESITANDO YOGA EN LA OFICINA.

 
 
 

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